Entrevista
Entrevista con Jessica Solorzano
Entrevista con Jessica Solorzano
“Una zona rural te da la paz y la tranquilidad que una gran ciudad no”



Jessica Solorzano, delante de la entrada de su vinoteca, La Vino, en Cacabelos, El Bierzo / Gabriela Deyanova
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, casi un 80% de los municipios españoles poseen menos de 5000 habitantes, pero en ellos vive menos del 20% de la población. Lo que se conoce como “España vaciada” hace referencia a esos territorios rurales que, durante décadas, han sufrido despoblación, envejecimiento, pérdida de servicios públicos y falta de oportunidades para las generaciones más jóvenes. En esta entrevista Jessica Solorzano, propietaria de una vinoteca en Cacabelos, un pequeño pueblo del Bierzo, nos cuenta cómo ha sido el paso de una gran ciudad como Barcelona a un entorno mucho más pequeño y rural.
Anthea: ¿Cuánto tiempo llevas en España y en qué consiste tu negocio?
Jessica Solorzano: Aquí llevo desde el año 2000, casi 25 años ya, y el negocio de Cacabelos es una vinoteca. En principio es un bar con cafés y cervezas, aunque parezca una vinoteca. Ofrezco todos los vinos de aquí de la zona, de hecho cuando viene la gente a pedirme otro vino, normalmente no lo tengo porque muy poca gente lo pide. Tengo los vinos de la zona, los conozco bien y los puedo ofrecer y vender de buena manera.
Anthea: ¿Cómo fue el paso de mudarte de una ciudad grande a un pueblo de menos de 5000 habitantes como es Cacabelos?
Jessica Solorzano: Pues al principio con mucha añoranza, llevo aquí ya tres años, dos con el negocio. El primer año estuve haciendo ferias, por todo el norte de aquí y de España. Ese fue mi primer trabajo como quien dice y luego puse este negocio y bueno, al principio con mucha añoranza porque mis amigos están en Barcelona todos. Y haces nuevos amigos, pero no son los tuyos de siempre, de los 20 años que llevas en Barcelona. Al final acabas acostumbrándote a trabajar aquí a estar aquí. No es una urbe, pero te da más o menos la tranquilidad y la paz que la urbe no te da.
Anthea: Además de estos aspectos, ¿cuáles dirías que han sido las dificultades y facilidades que has tenido aquí en una zona más rural?
Jessica Solorzano: Como facilidades por ejemplo, el piso, es muy barato. En Barcelona no te puedes permitir vivir solo y aquí sí. Como facilidad también los negocios cuestan poquito a la hora de un traspaso, no es como en Barcelona que te cuestan de 60.000 o 70.000 para arriba y no encuentras nada más económico. Aquí está entre mil y diez mil como mucho, depende del negocio que cojas, pero tampoco cuesta mucho más. Hay muchos negocios también que son con alquiler y no tienes que pagar traspaso. En mi caso tuve que pagarlo igual, pero era poquito. Es una cosa que te la puedes permitir realmente.
Y como dificultad, podría decirte que hay que tener vehículo propio, que por suerte yo sí que lo tengo. Tienes el autobús también, pero no puedes moverte con facilidad a cualquier sitio si no tienes vehículo propio. Y dificultad con el negocio la verdad es que no me han puesto ninguna, como mucho podría decir que en invierno hay poco trabajo y hay que estar solo. Pero en verano hay muchísimo y hay que tener personal.
Anthea: A la hora de conseguir clientes, ¿cuál es la diferencia entre una ciudad grande y aquí?
Jessica Solorzano: La diferencia es que en una ciudad grande tienes que estar puesto en redes sociales, portales y por todos lados para facilitarle a los clientes darte a conocer porque si no, no sabrían que existes. Y aquí las redes sociales son los propios vecinos, entonces entre ellos y la gente que viene de fuera de vacaciones, se hacen un boca a boca entre ellos. La verdad es que aquí trabajo muy pocas las redes sociales. Ahora estoy trabajando en los portales, pero más por los turistas, porque he emprendido alguna cosa nueva en lo que sería mi menú, además de vino, cervezas, cafés, he puesto tostas como desayuno, comida o cena, para lo que haga falta.
Anthea: ¿Qué papel ha jugado la comunidad, como los vecinos, asociaciones, otras mujeres, u otras personas migrantes en tu proceso de integración aquí y en el desarrollo de tu negocio?
Jessica Solorzano: He tenido varias personas migrantes, entre ellas tres mujeres, que han aportado mucho y me han ayudado mucho, han sido trabajadores muy leales, no tengo ni una queja. También tuve a un chico de República Dominicana, aunque se fue a Galicia. También he tenido españoles, lo que pasa es que los que se han quedado conmigo para acompañarme en todo el proceso han sido una chica de Venezuela que estuvo hasta hace poquito, y se ha ido porque no quiere trabajar en la hostelería y ha encontrado otra cosa.
Ahora tengo a una chica de Cuba que acaba de llegar, y la verdad que súper bien, tiene muchas ganas de aprender, y ha aprendido en un mes súper rápido. Tiene mucha actitud. Me parece que las mujeres inmigrantes tenemos mucha fuerza, a la hora de trabajar somos como guerreras. Yo soy así y pienso que las otras también van a ser así las contrato y es una pasada la verdad.
Anthea: ¿Y del resto de vecinos tuviste apoyo?
Jessica Solorzano: La verdad que pensé que iba a tener menos apoyo del que tuve. De hecho cuando abrí el primer día no hice ninguna inauguración porque estaba sola trabajando, porque aquí hay un problema y es que no hay personal. Yo abrí en septiembre y ya todo el mundo estaba en sus sitios de trabajo y encontrar personal es muy complicado. Entonces abrí y dije “bueno a lo que venga”, pero claro la gente ya se había enterado, y empezó a venir muchísima gente. Me he integrado súper bien la verdad, los vecinos y la gente que viene todos los días a hacer la ronda, siempre paran en mi bar y están contentos conmigo y yo contenta con ellos, claro. Pero sí han jugado un papel importante. Los conozco y ya son como de la familia, como vienen todos los días y ya sabes sus nombres, y eso es bonito también.
Anthea: Destacarías algo de haber elegido una zona rural como Cacabelos para tener tu negocio o para vivir?
Jessica Solorzano: Pues Cacabelos lo tiene un poco todo, siendo un pueblo pequeño, de menos de 5000 habitantes. Yo siempre digo que es el pueblo más bonito del Bierzo. Tiene los servicios básicos, se puede vivir aquí sin tener que ir a ninguna parte. No tienes que salir a comprar al supermercado a otro pueblo, y los bancos están todos aquí. De hecho la gente viene para aquí a los bancos y a comprar al súper.
Anthea: ¿Qué mensaje le darías a otras personas migrantes que estén pensando en emprender o en mudarse a un sitio más rural?
Jessica Solorzano: Yo creo que es bastante más fácil que una ciudad grande. Aunque en un sitio grande les ofrezcan trabajos por todos lados, al final van a tener que vivir en habitaciones, incluso las familias, porque de otra manera no podrían pagarlo. Una habitación allí vale más que un piso aquí. Y aquí a lo mejor hay menos trabajo, pero si eres trabajador lo hay, en el campo, en la hostelería, y en muchos sitios. Creo que al final la tranquilidad también vale la pena. Podría venir más gente para aquí y hacer más pueblo.
Anthea: ¿Qué planes para el futuro tienes?
Jessica Solorzano: De momento este año empiezo a estudiar. Entonces la persona que va a trabajar aquí será la chica que tengo ahora contratada y mientras yo estudio ella trabajará. Y el plan es estudiar un grado superior de mecatrónica industrial, y si no pues algo de energía. No porque no me guste la hostelería, sino porque llevo demasiado tiempo en ella y me gustaría probar otra cosa. Pero todo lo que voy a estudiar al final es para quedarme aquí, no para irme, es para trabajar aquí en una empresa.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, casi un 80% de los municipios españoles poseen menos de 5000 habitantes, pero en ellos vive menos del 20% de la población. Lo que se conoce como “España vaciada” hace referencia a esos territorios rurales que, durante décadas, han sufrido despoblación, envejecimiento, pérdida de servicios públicos y falta de oportunidades para las generaciones más jóvenes. En esta entrevista Jessica Solorzano, propietaria de una vinoteca en Cacabelos, un pequeño pueblo del Bierzo, nos cuenta cómo ha sido el paso de una gran ciudad como Barcelona a un entorno mucho más pequeño y rural.
Anthea: ¿Cuánto tiempo llevas en España y en qué consiste tu negocio?
Jessica Solorzano: Aquí llevo desde el año 2000, casi 25 años ya, y el negocio de Cacabelos es una vinoteca. En principio es un bar con cafés y cervezas, aunque parezca una vinoteca. Ofrezco todos los vinos de aquí de la zona, de hecho cuando viene la gente a pedirme otro vino, normalmente no lo tengo porque muy poca gente lo pide. Tengo los vinos de la zona, los conozco bien y los puedo ofrecer y vender de buena manera.
Anthea: ¿Cómo fue el paso de mudarte de una ciudad grande a un pueblo de menos de 5000 habitantes como es Cacabelos?
Jessica Solorzano: Pues al principio con mucha añoranza, llevo aquí ya tres años, dos con el negocio. El primer año estuve haciendo ferias, por todo el norte de aquí y de España. Ese fue mi primer trabajo como quien dice y luego puse este negocio y bueno, al principio con mucha añoranza porque mis amigos están en Barcelona todos. Y haces nuevos amigos, pero no son los tuyos de siempre, de los 20 años que llevas en Barcelona. Al final acabas acostumbrándote a trabajar aquí a estar aquí. No es una urbe, pero te da más o menos la tranquilidad y la paz que la urbe no te da.
Anthea: Además de estos aspectos, ¿cuáles dirías que han sido las dificultades y facilidades que has tenido aquí en una zona más rural?
Jessica Solorzano: Como facilidades por ejemplo, el piso, es muy barato. En Barcelona no te puedes permitir vivir solo y aquí sí. Como facilidad también los negocios cuestan poquito a la hora de un traspaso, no es como en Barcelona que te cuestan de 60.000 o 70.000 para arriba y no encuentras nada más económico. Aquí está entre mil y diez mil como mucho, depende del negocio que cojas, pero tampoco cuesta mucho más. Hay muchos negocios también que son con alquiler y no tienes que pagar traspaso. En mi caso tuve que pagarlo igual, pero era poquito. Es una cosa que te la puedes permitir realmente.
Y como dificultad, podría decirte que hay que tener vehículo propio, que por suerte yo sí que lo tengo. Tienes el autobús también, pero no puedes moverte con facilidad a cualquier sitio si no tienes vehículo propio. Y dificultad con el negocio la verdad es que no me han puesto ninguna, como mucho podría decir que en invierno hay poco trabajo y hay que estar solo. Pero en verano hay muchísimo y hay que tener personal.
Anthea: A la hora de conseguir clientes, ¿cuál es la diferencia entre una ciudad grande y aquí?
Jessica Solorzano: La diferencia es que en una ciudad grande tienes que estar puesto en redes sociales, portales y por todos lados para facilitarle a los clientes darte a conocer porque si no, no sabrían que existes. Y aquí las redes sociales son los propios vecinos, entonces entre ellos y la gente que viene de fuera de vacaciones, se hacen un boca a boca entre ellos. La verdad es que aquí trabajo muy pocas las redes sociales. Ahora estoy trabajando en los portales, pero más por los turistas, porque he emprendido alguna cosa nueva en lo que sería mi menú, además de vino, cervezas, cafés, he puesto tostas como desayuno, comida o cena, para lo que haga falta.
Anthea: ¿Qué papel ha jugado la comunidad, como los vecinos, asociaciones, otras mujeres, u otras personas migrantes en tu proceso de integración aquí y en el desarrollo de tu negocio?
Jessica Solorzano: He tenido varias personas migrantes, entre ellas tres mujeres, que han aportado mucho y me han ayudado mucho, han sido trabajadores muy leales, no tengo ni una queja. También tuve a un chico de República Dominicana, aunque se fue a Galicia. También he tenido españoles, lo que pasa es que los que se han quedado conmigo para acompañarme en todo el proceso han sido una chica de Venezuela que estuvo hasta hace poquito, y se ha ido porque no quiere trabajar en la hostelería y ha encontrado otra cosa.
Ahora tengo a una chica de Cuba que acaba de llegar, y la verdad que súper bien, tiene muchas ganas de aprender, y ha aprendido en un mes súper rápido. Tiene mucha actitud. Me parece que las mujeres inmigrantes tenemos mucha fuerza, a la hora de trabajar somos como guerreras. Yo soy así y pienso que las otras también van a ser así las contrato y es una pasada la verdad.
Anthea: ¿Y del resto de vecinos tuviste apoyo?
Jessica Solorzano: La verdad que pensé que iba a tener menos apoyo del que tuve. De hecho cuando abrí el primer día no hice ninguna inauguración porque estaba sola trabajando, porque aquí hay un problema y es que no hay personal. Yo abrí en septiembre y ya todo el mundo estaba en sus sitios de trabajo y encontrar personal es muy complicado. Entonces abrí y dije “bueno a lo que venga”, pero claro la gente ya se había enterado, y empezó a venir muchísima gente. Me he integrado súper bien la verdad, los vecinos y la gente que viene todos los días a hacer la ronda, siempre paran en mi bar y están contentos conmigo y yo contenta con ellos, claro. Pero sí han jugado un papel importante. Los conozco y ya son como de la familia, como vienen todos los días y ya sabes sus nombres, y eso es bonito también.
Anthea: Destacarías algo de haber elegido una zona rural como Cacabelos para tener tu negocio o para vivir?
Jessica Solorzano: Pues Cacabelos lo tiene un poco todo, siendo un pueblo pequeño, de menos de 5000 habitantes. Yo siempre digo que es el pueblo más bonito del Bierzo. Tiene los servicios básicos, se puede vivir aquí sin tener que ir a ninguna parte. No tienes que salir a comprar al supermercado a otro pueblo, y los bancos están todos aquí. De hecho la gente viene para aquí a los bancos y a comprar al súper.
Anthea: ¿Qué mensaje le darías a otras personas migrantes que estén pensando en emprender o en mudarse a un sitio más rural?
Jessica Solorzano: Yo creo que es bastante más fácil que una ciudad grande. Aunque en un sitio grande les ofrezcan trabajos por todos lados, al final van a tener que vivir en habitaciones, incluso las familias, porque de otra manera no podrían pagarlo. Una habitación allí vale más que un piso aquí. Y aquí a lo mejor hay menos trabajo, pero si eres trabajador lo hay, en el campo, en la hostelería, y en muchos sitios. Creo que al final la tranquilidad también vale la pena. Podría venir más gente para aquí y hacer más pueblo.
Anthea: ¿Qué planes para el futuro tienes?
Jessica Solorzano: De momento este año empiezo a estudiar. Entonces la persona que va a trabajar aquí será la chica que tengo ahora contratada y mientras yo estudio ella trabajará. Y el plan es estudiar un grado superior de mecatrónica industrial, y si no pues algo de energía. No porque no me guste la hostelería, sino porque llevo demasiado tiempo en ella y me gustaría probar otra cosa. Pero todo lo que voy a estudiar al final es para quedarme aquí, no para irme, es para trabajar aquí en una empresa.
Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, casi un 80% de los municipios españoles poseen menos de 5000 habitantes, pero en ellos vive menos del 20% de la población. Lo que se conoce como “España vaciada” hace referencia a esos territorios rurales que, durante décadas, han sufrido despoblación, envejecimiento, pérdida de servicios públicos y falta de oportunidades para las generaciones más jóvenes. En esta entrevista Jessica Solorzano, propietaria de una vinoteca en Cacabelos, un pequeño pueblo del Bierzo, nos cuenta cómo ha sido el paso de una gran ciudad como Barcelona a un entorno mucho más pequeño y rural.
Anthea: ¿Cuánto tiempo llevas en España y en qué consiste tu negocio?
Jessica Solorzano: Aquí llevo desde el año 2000, casi 25 años ya, y el negocio de Cacabelos es una vinoteca. En principio es un bar con cafés y cervezas, aunque parezca una vinoteca. Ofrezco todos los vinos de aquí de la zona, de hecho cuando viene la gente a pedirme otro vino, normalmente no lo tengo porque muy poca gente lo pide. Tengo los vinos de la zona, los conozco bien y los puedo ofrecer y vender de buena manera.
Anthea: ¿Cómo fue el paso de mudarte de una ciudad grande a un pueblo de menos de 5000 habitantes como es Cacabelos?
Jessica Solorzano: Pues al principio con mucha añoranza, llevo aquí ya tres años, dos con el negocio. El primer año estuve haciendo ferias, por todo el norte de aquí y de España. Ese fue mi primer trabajo como quien dice y luego puse este negocio y bueno, al principio con mucha añoranza porque mis amigos están en Barcelona todos. Y haces nuevos amigos, pero no son los tuyos de siempre, de los 20 años que llevas en Barcelona. Al final acabas acostumbrándote a trabajar aquí a estar aquí. No es una urbe, pero te da más o menos la tranquilidad y la paz que la urbe no te da.
Anthea: Además de estos aspectos, ¿cuáles dirías que han sido las dificultades y facilidades que has tenido aquí en una zona más rural?
Jessica Solorzano: Como facilidades por ejemplo, el piso, es muy barato. En Barcelona no te puedes permitir vivir solo y aquí sí. Como facilidad también los negocios cuestan poquito a la hora de un traspaso, no es como en Barcelona que te cuestan de 60.000 o 70.000 para arriba y no encuentras nada más económico. Aquí está entre mil y diez mil como mucho, depende del negocio que cojas, pero tampoco cuesta mucho más. Hay muchos negocios también que son con alquiler y no tienes que pagar traspaso. En mi caso tuve que pagarlo igual, pero era poquito. Es una cosa que te la puedes permitir realmente.
Y como dificultad, podría decirte que hay que tener vehículo propio, que por suerte yo sí que lo tengo. Tienes el autobús también, pero no puedes moverte con facilidad a cualquier sitio si no tienes vehículo propio. Y dificultad con el negocio la verdad es que no me han puesto ninguna, como mucho podría decir que en invierno hay poco trabajo y hay que estar solo. Pero en verano hay muchísimo y hay que tener personal.
Anthea: A la hora de conseguir clientes, ¿cuál es la diferencia entre una ciudad grande y aquí?
Jessica Solorzano: La diferencia es que en una ciudad grande tienes que estar puesto en redes sociales, portales y por todos lados para facilitarle a los clientes darte a conocer porque si no, no sabrían que existes. Y aquí las redes sociales son los propios vecinos, entonces entre ellos y la gente que viene de fuera de vacaciones, se hacen un boca a boca entre ellos. La verdad es que aquí trabajo muy pocas las redes sociales. Ahora estoy trabajando en los portales, pero más por los turistas, porque he emprendido alguna cosa nueva en lo que sería mi menú, además de vino, cervezas, cafés, he puesto tostas como desayuno, comida o cena, para lo que haga falta.
Anthea: ¿Qué papel ha jugado la comunidad, como los vecinos, asociaciones, otras mujeres, u otras personas migrantes en tu proceso de integración aquí y en el desarrollo de tu negocio?
Jessica Solorzano: He tenido varias personas migrantes, entre ellas tres mujeres, que han aportado mucho y me han ayudado mucho, han sido trabajadores muy leales, no tengo ni una queja. También tuve a un chico de República Dominicana, aunque se fue a Galicia. También he tenido españoles, lo que pasa es que los que se han quedado conmigo para acompañarme en todo el proceso han sido una chica de Venezuela que estuvo hasta hace poquito, y se ha ido porque no quiere trabajar en la hostelería y ha encontrado otra cosa.
Ahora tengo a una chica de Cuba que acaba de llegar, y la verdad que súper bien, tiene muchas ganas de aprender, y ha aprendido en un mes súper rápido. Tiene mucha actitud. Me parece que las mujeres inmigrantes tenemos mucha fuerza, a la hora de trabajar somos como guerreras. Yo soy así y pienso que las otras también van a ser así las contrato y es una pasada la verdad.
Anthea: ¿Y del resto de vecinos tuviste apoyo?
Jessica Solorzano: La verdad que pensé que iba a tener menos apoyo del que tuve. De hecho cuando abrí el primer día no hice ninguna inauguración porque estaba sola trabajando, porque aquí hay un problema y es que no hay personal. Yo abrí en septiembre y ya todo el mundo estaba en sus sitios de trabajo y encontrar personal es muy complicado. Entonces abrí y dije “bueno a lo que venga”, pero claro la gente ya se había enterado, y empezó a venir muchísima gente. Me he integrado súper bien la verdad, los vecinos y la gente que viene todos los días a hacer la ronda, siempre paran en mi bar y están contentos conmigo y yo contenta con ellos, claro. Pero sí han jugado un papel importante. Los conozco y ya son como de la familia, como vienen todos los días y ya sabes sus nombres, y eso es bonito también.
Anthea: Destacarías algo de haber elegido una zona rural como Cacabelos para tener tu negocio o para vivir?
Jessica Solorzano: Pues Cacabelos lo tiene un poco todo, siendo un pueblo pequeño, de menos de 5000 habitantes. Yo siempre digo que es el pueblo más bonito del Bierzo. Tiene los servicios básicos, se puede vivir aquí sin tener que ir a ninguna parte. No tienes que salir a comprar al supermercado a otro pueblo, y los bancos están todos aquí. De hecho la gente viene para aquí a los bancos y a comprar al súper.
Anthea: ¿Qué mensaje le darías a otras personas migrantes que estén pensando en emprender o en mudarse a un sitio más rural?
Jessica Solorzano: Yo creo que es bastante más fácil que una ciudad grande. Aunque en un sitio grande les ofrezcan trabajos por todos lados, al final van a tener que vivir en habitaciones, incluso las familias, porque de otra manera no podrían pagarlo. Una habitación allí vale más que un piso aquí. Y aquí a lo mejor hay menos trabajo, pero si eres trabajador lo hay, en el campo, en la hostelería, y en muchos sitios. Creo que al final la tranquilidad también vale la pena. Podría venir más gente para aquí y hacer más pueblo.
Anthea: ¿Qué planes para el futuro tienes?
Jessica Solorzano: De momento este año empiezo a estudiar. Entonces la persona que va a trabajar aquí será la chica que tengo ahora contratada y mientras yo estudio ella trabajará. Y el plan es estudiar un grado superior de mecatrónica industrial, y si no pues algo de energía. No porque no me guste la hostelería, sino porque llevo demasiado tiempo en ella y me gustaría probar otra cosa. Pero todo lo que voy a estudiar al final es para quedarme aquí, no para irme, es para trabajar aquí en una empresa.